Época Prehistórica - Época Protohistórica

Los Castillejos

Las murallas cierran una superficie de 27 Ha y subdividían el poblado entre la acrópolis y el segundo recinto. Durante su visita se puede detectar el acceso al castro a través de una puerta tipo embudo con 3 m de anchura máxima y 1,5 m de mínima.  También se aprecia el recorrido de la muralla a partir de las alteraciones sobre el terreno que producen la acumulación de sedimentos y los derrumbes. Igualmente se conserva la visibilidad de las plantas de algunas viviendas así como una serie de estructuras tumulares de complicada interpretación. 

El sitio fue descubierto por Claudio Sánchez Albornoz en 1929, quien recogió algunos fragmentos de bronce y cerámicas.

En el año 1930, Juan Cabré, quien en ese momento estaba excavando en las Cogotas, solicitó subvención para su excavación a la Junta Superior de Excavaciones, siendo designados para las mismas Joaquín de Navascués y Emilio Camps.  Los trabajos arqueológicos se desarrollaron entre 1931 y 1933, aunque los datos obtenidos no serían publicados hasta 1958 por Juan Maluquer de Motes. Entre 1981 y 1985 González-Tablas realiza cuatro campañas arqueológicas, documentando el momento de construcción de la muralla y cinco niveles de ocupación entre el Calcolítico y la I Edad del Hierro. En 1988 se excavaron una serie de estructuras tumulares de planta trapezoidal, interpretadas inicialmente como lugar donde se realizaron ritos funerarios sin enterramiento, divididos en dos partes: la incineración y el depósito de ofrendas. Así lo sugieren los materiales encontrados tales como cenizas, restos óseos y elementos metálicos fragmentados.