Paisaje cultural MASAV

A nivel geológico y geográfico, nos encontramos con una unidad claramente definida por el Valle Amblés y las Sierras que le rodean, Las Parameras, Serrota y Sierra de Ávila. De alguna manera, este hecho ha condicionado la conformación de un paisaje cultural bien definido. La especulación urbanística, las grandes infraestructuras o las altas densidades de población que han afectado a otros territorios de Europa occidental, apenas han tenido impacto en este territorio. La escasa incidencia del hombre moderno nos ofrece un paisaje fosilizado lleno de cicatrices. Esas cicatrices son los sitios arqueológicos que salpican el territorio y nos permiten reconstruir la vida y la historia humana desde la Prehistoria más antigua hasta nuestro días. 

Algunos de los yacimientos que se diseminan por el territorio son realmente excepcionales.

Son hitos de la Edad de los metales Los Castillejos de Sanchorreja, donde se localiza el primer asentamiento permanente y amurallado del MASAV. Las Cogotas que da nombre a una de las primeras culturas Panaibéricas de la Edad del Bronce, La Mesa de Miranda con su inmensa necrópolis o el espectacular castro de Ulaca. Pero además podemos rastrear la ocupación romana, las dinámicas de la "época oscura", el mundo medieval, moderno o las formas de vida, muerte y mentalidad del rural español en el pasado reciente. 

A día de hoy, tal y como dice Pedro Tomé los habitantes siguen reconociendo hitos en su entorno que vinculan a su particular historia; marcas que contribuyen a forjar una memoria social del paisaje. Una memoria social que nos comprometemos a respetar, conservar e incluir en las nuevas narrativas que se generen con este proyecto. 

-Tomé Martín, P. (2016)  “Paisajes serranos en una economía de los sentimientos”. En Díaz Viana, L. y Vicente Blanco, J. (Eds.) El patrimonio cultural inmaterial de Castilla y León. CSIC. Madrid. Pp.: 161-182.