Época medieval -
Época Oscura
Las Henrenes
El sitio se divide entre la antigua ermita de San Cristobal -Ss VII d. n. e.- y la Aldea con data temporal entre los siglos IX y X.
Este emplazamiento rural abierto destaca por ser uno de los escasos ejemplos que comprende una secuencia cultural ilustrativa del desarrollo histórico altomedieval en los territorios a caballo entre Al Ándalus y los reinos cristianos. Las investigaciones que así lo han puesto de manifiesto, sujetas a la asistencia técnica de la sociedad cooperativa Castellum, se han repartido en diferentes campañas desde el 2003 hasta el 2010, hasta definir un poblamiento sin intencionalidad urbana más allá de su delimitación parcial por taludes y constituido, entre varios zócalos incompletos e inconexos de otras construcciones, por una docena de viviendas caracterizadas por dependencias rectangulares con alguna separación interna y, a veces, agregados menores cuadrados o incluso redondos. Colmatadas por sus derrumbes e invadidas por la vegetación, se han descubierto los zócalos y suelos de cuatro edificios, además del sondeo sobre dos tumbas con cierre lateral de lajas aisladas en el centro de la mencionada cañada y por ello atribuidas a pastores itinerantes, que permiten a través de elementos muebles a ellos asociados, pizarras numerales o aperos de labranza, señalar los medios de subsistencia eminentemente agrícolas de sus habitantes.
Sobre el frente de una loma cercana al mediodía, confirmando así un conjunto de unas 25 has., se halla un segundo foco de restos identificado con el lugar de San Cristóbal de Rialmar, activo con seguridad desde el XIII hasta el XVI. Si bien algunos materiales en superficie apuntan también a otro asentamiento anterior pos- romano, en este caso pueden apreciarse las cimentaciones de su iglesia parroquial junto a las de una gran estructura habitacional de difícil interpretación y un par de tumbas talladas en roca de lo que pudo ser un insólito cementerio infantil.
A parte del legado cultural, resulta muy atractivo el bosque adehesado de longevas encinas que distingue, resultado de una tradicional diferencia de propiedad entre el vuelo y el suelo, a un paraje dedicado actualmente a la explotación ganadera en extensivo.
Las intervenciones, motivadas por el ayuntamiento y con campos de trabajo patrocinados desde la diputación provincial de Ávila, han dado cabida igualmente a una puesta en valor, consolidación de muros y señalética, entre carteles indicativos y paneles explicativos, que muestra la conservación de uno de los múltiples despoblados casi perdidos por el arado y la amortización de materiales.
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