Arqueología en Comunidad

La participación, la búsqueda de conocimiento sobre Abulaga de las propias gentes de San Juan del Olmo fue el detonante de este proyecto. Los paseos por La Mata con Luis, Miguel, Charly, el empuje de Nines y de Pili nos animaron a arrancar el proyecto Terra Levis, Arqueología en Comunidad, auspiciado por la AC Abulaga, que finalmente desembocó en el MASAV.

¿ Y de dónde surge la idea de aplicar esta metodología?

Al poco de conocer las inquietudes de las gentes de San Juan del Olmo surge una oportunidad. El Centro de Análisis e Innovación Turística (CAIT) de la USAL y Diputación Provincial de Ávila nos propuso participar en la organización y coordinación del I Workshop Ibérico de Arqueoturismo titulado “Modelos y posibilidades para la provincia de Ávila”. 

A través del mismo, pudimos conocer proyectos que se están desarrollando en la Península Ibérica y que buscan convertir al patrimonio arqueológico en la piedra angular en torno a la que gira el desarrollo de los territorios donde se ubican los sitios.

En líneas generales, todos los proyectos coincidían en un punto: evitar aislar a las comunidades rurales de los proyectos.

En todo caso, nos fijamos en un par de modelos, los empleados por nuestros compañeros Xurxo Ayán Vila y Xosé Gago en el NW de la Península Ibérica. En sus presentaciones hablaron de un método de trabajo fundamentado en las gentes que habitan el territorio y que busca revertir el enfoque aun hoy vigente en la mayoría de proyectos cuya visión de las comunidades rurales es la de seres subalternos, periféricos, sujetos que hay que dinamizar y poner en valor. En su presentación y los distintos trabajos que ha ido publicando, puso de manifiesto la necesidad de contar con el paisanaje, no como meros consumidores del patrimonio, si no como activos fundamentales en la elaboración y desarrollo de los proyectos arqueológicos.

Tras meditar sobre la situación de la arqueología en la provincia de Ávila, con muchos esfuerzos y no demasiados avances, entendimos la necesidad en nuestro territorio concreto de Arqueología en Comunidad.

¿Por qué Arqueología en Comunidad?

Partimos de una idea y de un convencimiento: la mejor arqueología puede ser lograda cuantas más voces estén implicadas en la interpretación del pasado. Esas voces son las de los profesionales de la historia, la arqueología, la antropología, el turismo…, sí,  pero también, y al mismo nivel, las de las gentes que viven –de forma temporal o permanente- y disfrutan nuestros pueblos. A través de entrevistas y conversaciones pueden aflorar percepciones alternativas del pasado que enriquezcan y logren un entendimiento más amplio del sitio arqueológico. La propuesta que presentamos no compromete en modo alguno la naturaleza científica de la arqueología. La investigación se fusiona en la sociedad y servirá para desafiar las desigualdades de los paradigmas históricos. Buscamos el encuentro de las gentes asentadas en el territorio con su patrimonio material e inmaterial a través de la integración de la comunidad en los procesos de investigación, superando el rol pasivo concedido al público como mero espectador del conocimiento científico.

Paralelamente, la participación de la comunidad en la gestión de su patrimonio histórico y arqueológico se está mostrando fundamental para la protección de los sitios. A través de acciones participativas se produce un proceso de empoderamiento del patrimonio histórico y conciencia de protección de los sitios. Por poner un ejemplo, las estrategias comunitarias en México se revelan como medios fundamentales para la protección del legado histórico y arqueológico de los territorios.

En nuestro caso, todas las líneas de investigación abiertas aplican estrategias relacionadas con la Arqueología en Comunidad. La comunidad participa en todo los procesos, toman decisiones, aportan conocimientos y son mano de obra. 

Sirvan los siguientes ejemplos: 

1. En la memoria de la vecindad de San Juan del Olmo estaba el personaje legendario de Garrido. El trabajo en comunidad evidenció la existencia de este guerrilero que puso en jaque a las tropas imperiales francesas durante la Guerra de la Independencia, siendo San Juan del Olmo lugar de combate entre los hombres de Garrido y los afrancesados de Florián.  
2. Gracias a Joaquín hemos podido localizar una estación paleolítica, la de los Chones. Además, ha dado noticia de la existencia de numerosos grabados rupestres datables desde la prehistoria hasta tiempos recientes que han desambocado en el proyecto "Grafiteros del paisaje remoto y no tan remoto". 
3. El trabajo colaborativo de limpieza del yacimiento de la Coba nos ofreció el descubrimiento de numerosas estructuras de las que no se tenían conocimiento hasta la fecha. 
4. Miguel nos ha cedido su Garaje para el guardado de herramientas; Rafa un estructura para protegernos del Sol; los hermanos Díaz -Féliz y Joaquín- una máquina para el tapado de las excavaciones en el Humilladero; Pili neveras para las bebidas en el campo; Sonia, Leti, Mary y Pepín un espacio donde comer durante el agosto de la pandemia; Eduardo no ha faltado un sólo día como peón en las excavaciones de La Coba; Miguel, siempre que puede allí está; Dimás con sus ideas, trabajo, conocimientos; Fuentes, Mariano, Jenny o Álex que nos hicieron la comida durante las campañas del Humilladero. También porqué no, esos alcaldes y concejales que desde sus pueblos han empujado y aportado trabajo para que esto siga su marcha: Rafa, Tere, Juanjo, Alberto, Ángel, Jesús, Noelia, Feliciano... y así tantas personas que creen en lo que hacemos y en la medida de sus posibilidades aportan trabajo e ilusión por este proyecto. 

Y es que cabe destacar la complejidad y riqueza de la comunidad con la que trabajamos. Personas de ideología, formación y profesión muy dispar. En la que además de la vecindad incluimos instituciones públicas, patrocinadores privados... Todos guiados por un objetivo común, la supervivencia y el amor por nuestros paisajes.