Época medieval -
Edad Moderna
Castillo de Manqueospese
Castillo de Manqueospese en el Risco de Pedro Dávila.
Esta agreste fortaleza se encuentra entre los denominados castillos roquedos de Castilla. Su datación sitúa su construcción a finales del S XV. Se encuentra en el término municipal de Mironcillo, aunque en otros momentos de la historia perteneció al de Sotalvo, localidades ambas situadas en las laderas de la Sierra de la Paramera.
Como viene siendo costumbre en las construcciones que observamos en nuestros paisajes a lo largo de la historia, este castillo se adapta a los peñascos de granito de su entorno. Teniendo en cuenta la datación del mismo, su construcción responde al tipo de castillos emblema de este período. Las familias nobiliarias se unían metafóricamente a la antigua nobleza guerrera a través de la arquitectura. De este modo, estas construcciones se hacían para destacar en el paisaje. A nivel defensivo, podemos suponer que protegía los intereses familiares y del bando o linaje al que pertenecía la fortaleza, pudiendo servir como elemento puntual de disuasión y defensa durante los conflictos entre bandos que tuvieron lugar durante la baja Edad Media. Siguiendo las tesis de Monsalvo Antón, pudo responder igualmente a los intentos de Pedro Dávila de control y usurpación de amplios territorios en las Parameras.
En su fábrica se combina el sillar, el sillarejo y la mampostería, distribuidos alternativamente en los dos recintos que lo conforman. El primer recinto defensivo es una barbacana que se traspasa por una puerta conopial coronada por el escudo de la familia Dávila con los trece roeles otorgados tras la batalla de Las Navas de Tolosa de 1212. La puerta es abrazada por dos potentes cubos, a través de los cuales se accede al recinto interior, de mayor altura –la fortaleza en sí-, en la que se distinguen patio de armas, caballerizas, torre del homenaje, un ala que contenía salones y cocinas. Destacan sus troneras de ojo de cerradura invertida, las troneras y las torrecillas colgadas del lienzo sobre ménsulas escalonadas. Así pues, aun a pesar de las ornamentales garitas colgadas sobre ménsulas escalonadas o el capricho de abovedados y hornacinas en ladrillo de torres y troneras, todo nos hace pensar que los pleitos del concejo de Ávila y las conspiraciones de los aliados de la casa solariega de Zúñiga, son el verdadero trasfondo histórico de esta fortaleza, apodada popularmente como Castillo de Manqueospese.
Este nombre, de origen popular, nos remite a varias leyendas de amoríos trágicos como los de Zubezé y Aldefonso o los de Alvar y Guiomar, asimilables a los de Gonzalo de Velada y Aldonza Aboín, donde rezuma en forma de destierro un relato verídico de duraderas enemistades.
«Cuando el amor ha nacido, no se arruga con vilezas; el corazón enamorado es rebelde y terco en la rebeldía. Seguiremos amándonos y aunque os pese: la veré”
Gonzalo de Velada desterrado a sus Señoríos de Sotalvo prometió ver, a pesar de los deseos de su padre, a Aldonza Aboín. Para ello, Gonzalo utilizaba espejos y pañuelos con los que se comunicaba con su amada. El palacio de Aldonza situado en arco del Rastro de la muralla de la ciudad de Ávila, tiene un majestuoso balcón al Valle Amblés, que dota de cierta coherencia a la antigua leyenda que corre entre los hilos de la historia. Fábula de ensoñación propia del mismísimo William Shakespeare.
En 1975 pasa a ser propiedad particular y es rehabilitado sin ningún criterio histórico, por lo que termina siendo declarada ilegal. Hoy, con murallas en parte desmoronadas y dependencias abandonadas, varios paneles por iniciativa municipal acompañan la visita.
En el entorno cercano podemos visitar un conjunto de molinos harineros que jalonan el arroyo de Picuezo y que permite acercarse, desde la tipología e historia de estos ingenios hidráulicos, a la personalidad paisajística del medio y toda la literatura popular que los rodea.
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